domingo, 26 de diciembre de 2010

10 cosas que no deberías hacer durante un ataque zombie

Admitámoslo. Cada vez que vemos una película sobre nuestros queridos muertos vivientes nos imáginamos siendo uno de los supervivientes de una hecatombe similar (¿por qué no íbamo a serlo? ¡Somos cojonudos!) y demostrando al mundo que somos capaces de mantenernos vivos a toda costa, solos o en grupo, viviendo nuestra propia pesadilla y solventando los problemas con los que nos encontramos… a mamporrazos. Bien es cierto que nadie se ha visto realmente en esta situación. Sin embargo, sí podemos decir que hay algunas cosas que no deberíamos hacer si queremos sobrevivir. Y aquí tenemos diez de ellas.

1. No prendas fuego a los zombies vivos.

Si hay algo peor que un zombie persiguiéndote, ya sea de los lentos o los que corren que se las pelan, es un zombie en llamas persiguiéndote. No te pienses que porque el zombie note que su cuerpo aumenta de temperatura en un intervalo infinitesimal va a dejar de perseguirte. Él no siente dolor. Sólo siente hambre, y tu cuerpo es lo que más a mano tiene. Sí, puede que finalmente el fuego haga el trabajo para el que fue diseñado y el zombie caiga al suelo envuelto en llamas, pero también pueden pasar algunos minutos hasta que esto pase. Y quién sabe qué más habrá sido pasto de las llamas en ese periodo…

2. No te pongas sentimental. Tu madre zombie no dudará en comerte.

Es cierto que esa mujer te dio la vida, pero una cosa tienes que tener clara. Ya no es tu madre, sólo es un zombie ávido de tu carne. Ídem para tu hermano, tu novia, tu padre, el vecino, o tu entrenador de fútbol. Ya no son ellos. Recuérdalos con la sonrisa que tenían en la cara antes de que estallara esta horrible plaga, y vuélales la cabeza con lo que tengas más a mano. Ellos no dudarán en demostrarte su fraternal amor hincándote el diente. Es duro, pero es así.

3. Cierra las puertas. No dejes entradas abiertas.

Donde cabe un zombie, caben mil. Si encuentras un refugio más o menos aceptable (el cual viene a ser el primero que encuentres, porque corriendo delante de unos muertos vivientes entendemos que es difícil pensar con claridad), asegúrate de cerrar las puertas y atrancarlas, que estos tíos trabajan en masa y siempre acaban tirándolas. Hay muchas formas heróicas de morir en un ataque zombie. No cometas un estúpido error siendo el muerto tonto de la película.

4. No hay cura. No trates de “guardar” los zombies para posteriormente salvarlos.

Lo primero eres tú. Este punto va bastante unido al dos. Seguramente, si tuvieras la opción de dejar en un pequeño cuarto, sin posibilidad de que saliera, a tu amigo zombie, lo dejarías con la esperanza de que el día de mañana, cuando por fin se encuentre una cura a esta mierda, pueda salvarse. ¡MEC! ¡ERROR! En cualquier momento tu amigo zombie saldrá y te comerá. Elimínale ahora que tienes la oportunidad. No hay cura.

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5. ¿Recorrer grandes distancias para encontrar a tus seres queridos? ¿En serio?

¿Y qué pasa si te quedas sin gasolina a mitad del trayecto, justo cuando una horda de zombies chungos te acorralan? ¿Y si vas andando? ¿Por qué piensas que los zombies se van a cansar antes que tú? ¿Y quién te asegura de que tus seres queridos están bien? Vale, puede que hayas hablado con ellos, y en ese caso sería estúpido aconsejarte no ir porque todos en tu situación haríamos lo mismo. Eso sí, atáviate con numerosas armas y vuela la cabeza sin dudar a todo asqueroso muerto viviente que se cruce en el camino.

6. Sube. No bajes.

Si algo hemos aprendido, es que un zombie es capaz de caerse a un foso y, si encuentra comida (tú), comérsela. Pero también hemos aprendido que un zombie no es capaz de escalar. Si te ves en la situación, sube, siempre. Eso sí, tampoco te pongas a escalar un árbol porque abajo se van a juntar decenas de estos tíos esperando a que caigas, y la imagen que veas desde arriba puede ser increíblemente desesperante. Sí, sí, ve al otro punto, porque esa imagen puede estar destruyéndote por dentro.

7. No hagas ruido.

Si era estúpido morir por dejar la puerta abierta, mucho más estúpido puede ser morir porque te suena la alarma del móvil y alertas a cuanto muerto viviente tienes cerca. No seas idiota, no hagas ruido, y pasa desapercibido.

8. Tapia las ventanas.

Las ventanas de tu casa no son blindadas como pueden serlo las del Pentágono. No seas iluso. No te acerques, salvo para tapiarlas. Te verán desde fuera (a no ser que vivas en un octavo, desde donde tendrás una magnífica vista para ver cómo los pobres supervivientes infelices van siendo devorados poco a poco por esa gentuza sanguinolienta), romperán el cristal, y te comerán, o, aun peor, podrás escapar del primero pero la multitud muerta habrá encontrado un modo de entrar en la casa.

9. No busques la originalidad. Ve a lo seguro.

No pretendas crearte una mega trampa para todos los zombies y ser tú el señuelo. Seguramente salga mal. Cógete una katana de la tienda más cercana, o una motosierra del Leroy Merlín, y ve a lo seguro. Arranca todos los apéndices que puedas y huye.

10. No seas el tonto del grupo.

El tonto del grupo siempre morirá. Vivirá lo suficiente para hacer unos cuantos chistes malos y ganarse la antipatía del grupo, pero siempre acabará muriendo. Así que manténle cerca para que se lo coman en vez de a ti, pero no seas tan tonto como para morir por su culpa. Si ves que no consigues identificar al tonto del grupo, tal vez el tonto seas tú. Ten cuidado.

Fuente | ZombiePhiles

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